“Elementos para una filosofía trágica.”
No cabe duda que en nuestro mundo, territorio sombrío o encrucijada en
que no es posible cobijarse, el pensamiento y el arte se dirime entre la
estética y la ética.
Nuestras culturas desgarradas se asemejan a seres que son fronteras, un
límite impreciso en el que el azar del arte nos puede acercar a través de lo
simbólico.
La memoria que resiste al naufragio, el transitar en un desierto lleno
de espejismos que la sociedad moderna nos impone. Buscar un espacio
insospechado que trascienda las fronteras que nos acerque.
Por esta vía buscamos llegar a esos límites para poder transpasrlos.
En este caso la pintura y la tragedia del paisaje, ciudades, pueblos,
países, pedazos de colores brumosos cruzados por caminos, carreteras, cables.
La singular forma de los hombres de trascender fronteras de cruzar
limites, dibujando en el paisaje millones de líneas, de formas de colores,
texturando la vida.
La tragedia, pintar esas expresiones esos dibujos esas brumas, sombras,
matices, líneas, formas, colores.
G. Baldovino 2014-2015
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