martes, 22 de noviembre de 2011

Tangos y Candombes

Serie de pinturas 2o11 tema Candombe y Tango


















Descomposiciones Abstractas

Serie de trabajos abstractos investigación 2011 artísta plástico Gustavo Baldovino









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Arte abstracto

El arte abstracto es un movimiento artístico que surgió alrededor de 1910 y cuyo propósito es prescindir de todos los elementos figurativos, para así concentrar la fuerza expresiva en formas y colores sin ninguna relación con la realidad visual.

Pintura abstracta

En la pintura abstracta, la obra de arte se convierte en una realidad autónoma, sin conexión con la naturaleza y, como consecuencia, ya no se representa hombres, paisajes, casas o flores, sino simplemente combinaciones de colores que intentan expresar la necesidad interior. Una de las características principales de la pintura abstracta es el uso de un lenguaje sin forma y la libertad cromática.

El ruso Wasily Kandinsky es el artista que impulsa la pintura no figurativa en Munich, a principios del siglo XX. “En el campo pictórico, una mancha redonda puede ser más significativa que una figura humana”, señala el pintor. Para él, el elemento interior determina la obra de arte. En 1921 Kandinsky se traslada a Berlín dónde se incorpora a la escuela de diseño, arte y arquitectura de la Bauhaus. En esta escuela se encuentra otro de los artistas destacados en la pintura abstracta, el suizo Paul Klee. El maestro explicaba en sus clases y en sus escritos cómo los elementos gráficos (el punto, la línea, el plano y el espacio) adquieren significado mediante una descarga de energía dentro de la mente del artista.

Escultura abstracta

A lo largo del siglo XX ha habido muchos artistas plásticos que han pasado por la abstracción. La escultura abstracta persigue los mismos fines que la pintura abstracta. Hans (Jean) Arp, pintor y escultor francoalemán es uno de los máximos exponentes de este tipo de escultura. Arp aplicaba las formas de sus pinturas en un arte de tres dimensiones, desarrollando una iconografía de formas orgánicas conocida como escultura biomórfica, en la que se trata de representar lo orgánico como principio formativo de la realidad.

Otro de los escultores que se fija en la abstracción es Naum Gabo Pevsner, con obras como “Columna desarrollada” o “La columna de la paz”, dónde cuatro ángeles desean materializar el espacio. El artista español Eduardo Chillida fue otro de ellos. Representante de la abstracción plena, Chillida abandonó sus estudios de arquitectura para esculpir bloques enormes de hierro en los que parece haber representado el punto de unión entre la arquitectura y la escultura.

Expresionismo abstracto

El expresionismo abstracto es el primero de los grandes movimientos artísticos de la posguerra. Es, de hecho, la trayectoria que siguió la pintura abstracta a partir de los años 1940 en Europa y en América. Tiene sus raíces en el surrealismo , el movimiento más importante del periodo preguerra. En este nuevo estilo, también denominado “informalismo”, un grupo de artistas llamados “pintores de la materia”, intentaron establecer una variante del collage. Mediante mezclas de arena, yeso y otros materiales, consiguieron dotar de una rugosidad tridimensional (propia de la escultura) a una tela plana.

Este polémico estilo fue fundado por Jackson Pollock y Willem de Kooning. Para referirse a él se usa también los términos Action Painting (Pintura de Acción), acuñado por el crítico Harold Rosemberg, y American Type Painting (Pintura de tipo americano), utilizado por Clement Greenberg, para distinguirla de la pintura europea.

El grupo lo forman otros artistas como Mark Rothko, Baziotes, Gorky, Gottlieb, Guston, Louise Nevelson, Hofmann, Kline, Motherwell, Newman, Jackson Pollock, Pousette- Dart, Reinhardt, y Still.

Otro grupo de artistas relacionados con el expresionismo abstracto son los denominados “tachistas” (de tache, mancha). Ellos creían en el poder surgido de las manchas. Se dieron cuenta que con manchas y pastas nuevas era posible representar la textura de la materia. Un ejemplo de este tipo de arte es la pintura gestual del artista francés Michaux.

miércoles, 28 de septiembre de 2011

TANGO

A CONTINUACIÓN BREVE RESEÑA DEL TANGO Y SU HISTORIA MÁS ALGUNAS PINTURAS Y DIBUJOS DE MI AUTORÍA SOBRE EL TEMA.
El Tango es un género musical tradicional de Argentina y Uruguay, nacido de la fusión cultural entre emigrantes europeos, descendientes de esclavos africanos y de los nativos de la región del Río de la Plata.[2] Musicalmente suele tener forma binaria (tema y estribillo) o ternaria (dos partes a las que se agrega un trío). En esencia, es una expresión artística de fusión, de naturaleza netamente urbana y raíz suburbana («arrabalero»), que responde al proceso histórico concreto del mestizaje biológico y cultural de la población rioplatense pre-inmigración y la inmigración masiva, mayoritariamente europea, que reconstituyó completamente las sociedades rioplatenses, a partir de las últimas décadas del siglo XIX.

Su interpretación puede llevarse a cabo mediante una amplia variedad de formaciones instrumentales, siendo las más características el cuarteto de guitarras, el dúo de guitarra y bandoneón, el trío de bandoneón, el piano y contrabajo, y la orquesta típica o sexteto.

Las letras de sus canciones están compuestas basándose en un argot local llamado lunfardo y suelen expresar las tristezas, especialmente «en las cosas del amor»,[3] que sienten los hombres y las mujeres de pueblo, circunstancia que lo emparenta en cierto modo con el blues, sin que ello obste al tratamiento de otras temáticas, incluso humorísticas y políticas.

Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió al tango como «un pensamiento triste que se baila».[4]

En 2009 fue presentado por los presidentes de la Argentina y Uruguay para ser incluido, y finalmente aprobado en la Lista del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Humanidad por la UNESCO.[5]


Etimología

El término parece provenir del idioma ibibio (idioma de la familia lingüística Níger-Congo), tamgú: ‘tambor’ y ‘bailar (al son del tambor)’. Se desconoce a ciencia cierta si la palabra española tambor proviene de este ibibio tamgú o del árabe hispánico tabal. En el siglo XIX, en la isla El Hierro (de las islas Canarias) y en otros lugares de América, la palabra «tango» significaba ‘reunión de negros para bailar al son del tambor’.

El historiador Ricardo Rodríguez Molas[6] investigó los lenguajes de los esclavos llevados a la Argentina. La mayoría provenía de etnias de Congo, el golfo de Guinea y el sur de Sudán. Para ellos, tangó significaba ‘espacio cerrado’, ‘círculo’ y cualquier espacio privado al que para entrar hay que pedir permiso. Los traficantes de esclavos españoles llamaban «tangó» a los lugares donde encerraban a los esclavos, tanto en África como en América. El sitio donde los vendían también recibía ese nombre. Antes de 1900 a este género se lo llamaba «tango canyengue». La palabra es de origen africano. Los negros porteños la pronunciaban caniengue y desde 1900 los blancos lo escribieron y pronunciaron canyengue (con la ye porteña).

El «caminar canyengue» es una manera de caminar del compadrito, de cadenciosos movimientos de cadera. También se lo llama «caminar arrabalero» (siendo «arrabal», los suburbios o barrios bajos de las antiguas ciudades de Buenos Aires y Montevideo). Como lo representa Tita Merello en la película Arrabalera (1945).

El Diccionario de la Lengua Española de la RAE, en su edición de 1899, definía al tango como una ‘fiesta y danza de negros o de gente del pueblo, en América’ y también, como segunda acepción, ‘la música de esa danza’. Es interesante notar que el diccionario le suponía al término un origen latino que hoy parece erróneo, es decir, a partir de la 1ª pers. sing. de tangir (ego tango), evolución romance del verbo latino tangere, i.e. tañer un instrumento. El error persistía en la edición de 1914. Las siguientes ediciones eliminaron la aventurada etimología.

La edición de 1925 definía al tango como antes, aunque ya sin la errónea etimología latina, y agregaba: ‘Danza de alta sociedad importada de América al principio de este siglo’. Esto evidencia que el tango había pasado de ser de clase baja a la clase alta. También se agregaron más acepciones: ‘Música de esta danza’ y ‘tambor de Honduras’. En el creole que se habla en los «morenales» de la costa caribeña de Honduras (de población mayoritariamente negra) se conservan muchas palabras originales africanas. La edición de 2001, la vigésima segunda, definió el tango como un ‘baile rioplatense, difundido internacionalmente, de pareja enlazada, forma musical binaria y compás de dos por cuatro’. El término gotán significa ‘tango’ en vesre.




Se estima que el Tango se nutrió de otros estilos musicales como la payada, la milonga campera pampeana, el candombe afroargentino, y posteriormente de la habanera cubana.

En 1866, un periódico argentino emplea por primera vez el término «tango» (refiriéndose al género musical más identificado con la palabra «tango») para designar la canción La coqueta.[7] [8]

En 1876, en Buenos Aires se hizo muy popular un tango-candombe llamado El merenguengué,[9] [10] que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año. Se interpretaba con guitarra, violín y flauta, además de los tambores de candombe afroargentino (llamador y repicador). Se ha planteado seriamente, que haya sido este contexto uno de los fuertes puntos de partida del nacimiento y desarrollo del tango.[11]

La primera partitura de la que existe registro (aunque sin autor) es La canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario. Por otro lado, del primer tango que se tiene registro (con autor registrado) es El entrerriano ―estrenado en 1896 e impreso en 1898― del afroargentino Rosendo Mendizábal.[12]

A su vez es interesante saber que, entre 1870 y 1900 en el Gran Buenos Aires sonaban tangos tales como: El queco (autor anónimo, 1874); Señora casera (anónimo, 1880); Andate a la recoleta (anónimo, 1880); El porteñito (Gabriel Díez, 1880); Tango n.º 1 (José Machado, 1883); Dame la lata (Juan Pérez, 1883); Qué polvo con tanto viento (Pedro M. Quijano, 1890); No me tires con la tapa de la olla (anónimo, 1893); El talar (Prudencio Aragón, 1895); Concha sucia (El Negro Casimiro).[13] [14] [15] Véase también el artículo Antiguos títulos procaces en el tango.

En cuanto a la transición entre el tango criollo antiguo (milonga campera evolucionada con toques de habanera y candombe porteño), y el tango de la Guardia Vieja, se encuentran las grabaciones de los siguientes músicos y payadores argentinos:










De igual manera, el primer tango grabado por una orquesta, la de Vicente Greco, se denomina Don Juan cuyo autor fue Ernesto Ponzio.[17]

El primer grupo de tango, estuvo compuesto por dos afroargentinos, el Negro Casimiro Alcorta (en violín) y el Mulato Sinforoso (en clarinete), a los cuales se les agregaría algún guitarrista para marcar correctamente los compases y el ritmo del tango.[18] Actuaron en Buenos Aires desde principios de la década de 1870 hasta principios de la década de 1890. El Negro Casimiro es autor de Entrada prohibida,[19] luego firmada por los hermanos Teisseire, y de La yapa; a su vez, se le atribuye el tango Concha sucia, el cual más tarde sería modificado y firmado por Francisco Canaro como Cara sucia.[20] Cabe decir, que se cree que este dúo fue autor y ejecutor de muchos de los primeros tangos que hoy figuran como anónimos, ya que en esa época no se solían firmar las obras.

Por último, es de destacar que mientras que, enmarcadas en dichas fechas, en Argentina hay todas estas referencias históricas vinculadas al tango (como género musical), los primeros análisis sobre el tango en Uruguay, lo hizo un testigo protagónico de ese entonces: el pianista uruguayo Alberto Alonso. Dichos escritos han sido analizados, entre otros por Enrique Binda, quien da su punto de vista (bastante objetivo y fiable, al parecer) sobre la génesis del tango situándolo en un lugar geográfico real y concreto, el Gran Buenos Aires.[21] Por su parte el historiador Ricardo García Blaya en su libro: Historia del tango y la milonga. Buenos Aires: El Ateneo - Yenny, 2003, sostiene que el tango nació en la zona del Río de la Plata, más precisamente en Buenos Aires, extendiéndose luego a ciudades como Rosario y Montevideo.[22] También, la Dra. Marta Rosalía Norese ha escrito una tesis doctoral muy completa, en la cual relacionan total y exclusivamente al tango con Buenos Aires.[23] [24]







Buenos Aires cerca del 1900. Jóvenes trabajadores bailan tango entre hombres y escuchan a un bandoneonista en la vereda.
"El Tango". Óleo de Pedro Figari (Uruguay, 1861-1938).
Gerardo Matos Rodriguez "Becho" (1897-1948) autor del tango La Cumparsita .
Si bien el tango reconoce lejanos antecedentes africanos, latinoamericanos y europeos, sus orígenes culturales se han fusionado de tal modo que resulta casi imposible reconocerlos.
Se sabe que el argot del tango, el lunfardo, está plagado de expresiones italianas y africanas;[cita requerida] que su ritmo y clima nostálgico tiene un cercano parentesco con la habanera cubana; y que «tango, milonga, malambo y candombe», son parte de una misma familia musical de raíces africanas y también de las costumbres provenientes de los gauchos que migraron a la ciudad.
Sin embargo el tango no se confunde ni deriva de ningún estilo musical en particular. Ernesto Sábato dice que por sobre todas las cosas el tango es un híbrido, una expresión original y nueva que deriva de una movilización humana gigantesca y excepcional.
El tango apareció en el Río de la Plata y sus zonas de influencia, generalmente se acepta que surgió primero en Buenos Aires y en la zona del actual Gran Buenos Aires,[25] [26] [27] [28] [29] [30] [10] [31] [32] [33] en la segunda mitad del siglo XIX, en el marco socio-cultural de las grandes oleadas migratorias de los más variados orígenes internos y externos, que recibió entonces esa región. Jorge L. Borges dijo: "Buenos Aires, Montevideo y Rosario son los tres lugares que se han disputado el nacimiento del tango", cosa que se asemeja bastante a la realidad de la temática.
Otros puertos fluviales como en Campana y Zárate también registran antiguos antecedentes tangueros. Se trató de una música eminentemente popular, rechazada y prohibida por las clases altas y la Iglesia Católica, por lo que se desarrolló en los barrios pobres de los suburbios (los arrabales), los puertos, los prostíbulos, los bodegones y las cárceles, donde confluían los inmigrantes y la población local, descendientes en su mayoría de indígenas y esclavos africanos.
Allí se fueron fusionando libremente las formas musicales más diversas (candombe, payada, milonga, habanera, tango andaluz, polca, vals, etc.), provenientes de los orígenes más diversos (africanos, gauchos, hispanos coloniales, indígenas, italianos, judíos, alemanes, andaluces, cubanos, etc.), hasta formar el tango. Se estima que la transición duró alrededor de cuarenta años para afianzarse como un género plenamente constituido en la última década del siglo XIX.[34]
En 1857, el músico español Santiago Ramos compuso uno de los primeros temas de aire tanguero que se conozca, Tomá mate, che, un tango con letra rioplatense pero con arreglos musicales de estilo andaluz. El tema formaba parte de la obra El gaucho de Buenos Aires, estrenada en el Teatro de la Victoria.[35] En 1874 se ha documentado el primer tango que alcanzó difusión popular masiva. Se trata de El queco, también de estilo musical andaluz, con una letra sobre las «chinas» (las mujeres argentinas de origen indígena o africano) que trabajaban de prostitutas en los burdeles.[36]
En 1876 se hizo muy popular un tango-candombe llamado El mereguengué, que se convirtió en éxito en los carnavales afroargentinos que se celebraron en febrero de ese año.[10] Se interpretaba con guitarra, violín y flauta, además de los tambores de candombe afroargentino (llamador y repicador).
El bandoneón, que le dio forma definitiva al tango, recién llegaría al Río de la Plata allá por el 1900, en las valijas de inmigrantes alemanes. No existen partituras de esta etapa originaria, porque los músicos de tango de entonces no sabían escribir la música y probablemente interpretaban sobre la base de melodías existentes, tanto de habaneras como de polcas. La primera partitura de la que existe registro (pero sin autor) es La canguela (1889) y se encuentra en el Museo de la Partitura de la Ciudad de Rosario. Por otro lado, del primer tango porteño, que se tiene registro (con autor registrado) es El entrerriano ―estrenado en 1896 e impreso en 1898― del afroargentino Rosendo Mendizábal
Los títulos procaces pueden ser consultados en un anexo especial. Varios años después, a partir de los años treinta, los gobiernos militares y autoritarios, prohibieron las letras y títulos, por lo que la mayoría de ellos desaparecieron, mientras que otros fueron reescritos, como el famoso Concha sucia,[37] que fue reescrito por Francisco Canaro como Cara sucia.
El cantautor Carlos Gardel, símbolo mundial del tango.
Poco antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial en 1914 el emperador de Alemania, Guillermo II prohibió que los oficiales prusianos bailaran el tango si vestían uniforme. El órgano oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, apoyó abiertamente la decisión en los siguientes términos:
El káiser ha hecho lo que ha podido para impedir que los gentilhombres se identifiquen con la baja sensualidad de los negros y de los mestizos (...) ¡Y algunos van por ahí diciendo que el tango es como cualquier otro baile cuando no se lo baila licenciosamente! La danza tango es, cuanto menos, una de aquellas de las cuales no se puede de ninguna manera conservar ni siquiera con alguna probabilidad la decencia. Porque, si en todos los otros bailes está en peligro próximo la moral de los bailarines, en el tango la decencia se encuentra en pleno naufragio, y por este motivo el emperador Guillermo lo ha prohibido a los oficiales cuando estos vistan uniforme.[38]
En aquellos años, en los que los hijos de familias ricas llevan a París el tango que habían aprendido en su frecuentación de los lupanares, comienza una nueva era para el género, con el aporte de músicos mejor preparados y la incorporación de letras evocativas del paisaje del suburbio, de la infancia y de amores contrariados.
La canción de tango comenzó a interpretarse desde 1850, pero no era tal porque el estilo vocal estaba ligado a la habanera y tangos españoles, sin una personalidad tanguera definida. Los cantantes de entonces no eran profesionales ni tampoco se conocía la voz del tango. El tango se cantaba como tango milongueado y los versos eran picarescos, lo que escandalizaba a la alta sociedad porteña. Los cantantes de que se habían destacado en la primera década de 1900 fueron Lola Membrives, Linda Thelma y Ángel Villoldo, entre otros. Los primeros éxitos de aquel tango fueron Hotel Victoria, El porteñito y el gran suceso La morocha de 1908. En Buenos Aires había gran cantidad de cantores que interpretaban estilos nacionales, zambas y chacareras.
Carlos Gardel, quien se inició como payador alrededor de 1910, es el más recordado cantante de tango de los años veinte y treinta. Muchos de los temas que interpretaba los compuso él mismo y encargó sus letras a su inseparable compañero, el poeta Alfredo Le Pera. Gardel, que comenzó su carrera en comités políticos de los suburbios fabriles de Buenos Aires, cantó en París y en Nueva York, filmó varias películas en EE.UU. Se convirtió en un mito para los rioplatenses cuando murió en un accidente de aviación en Medellín (Colombia). Algunos de los tangos famosos de esta primera época son La cumparsita, El choclo, Caminito, El día que me quieras, Por una cabeza, etc