domingo, 6 de marzo de 2016

Pensamientos sobre Arte Abstracto Gustavo Baldovino

                Algunas consideraciones sobre el Arte Abstracto.
                                       ¨ La Tragedia del Paisaje¨
           

                                                       Introducción.                          
                        ¿Qué es mi pintura? Una forma de ver el Mundo.
                                 Relación entre abstracción  y Paisaje.
El paisaje, la naturaleza como escenario perturbado inevitablemente por la serena o trágica aparición de los hombres.
Las costas de color, la bruma, las manchas solidas, las imperfecciones, las líneas como limites, también caminos que nos unen eliminando fronteras subjetivas.
Todos los elementos apenas perceptibles pero interpretables y nosotros, los hombres como náufragos errantes en su seno.
El artista celebra la naturaleza que nos acoge pero que nos rechaza en nuestro ejercicio aniquilador.
El viaje a través de la pintura es siempre la búsqueda del Yo, una larga travesía interior, una huida sin fin.
Young  poeta Ingles decía: ¨el mar refleja el rostro melancólico de la vida humana¨. 
Es evidente que el paisaje se construye poco a poco con el recurso pictórico y sus técnicas, pero siempre respondiendo a un sentido interior, un ser en el mundo, un yo y su visión de este. Solo de esta forma logramos una visión única, una reinterpretación del mundo.
Lo estático que se recompone constantemente en diferentes imágenes singulares, esta singularidad es de índole perceptivo de un momento incorporado a las experiencias del sujeto, pero esa capacidad originaria de la naturaleza se encuentra modelada por la norma artística.
La pintura consigue los efectos, las sensaciones, el movimiento, el continuo parpadeo  que nos da la sensación de vida. El fondo escenográfico de narraciones en relación directa con la capacidad de observación del entorno, la valoración de la naturaleza como nuestro ámbito de contemplación y disfrute.

Capitulo I
 Un espacio para la contemplación.
La Naturaleza como un autónomo en el que el hombre se establece y relaciona, pero al mismo tiempo se convierte en sujeto tanto pasivo como activo, generando en ella huellas, formas, líneas, manchas…En una verdadera transformación del paisaje constante e indetenible.
Hablando del ámbito filosófico y el artista como creador y transformador también al generar con su obra emociones y afectos capaces de conmover en cuanto a la relación de ser incapaz de reducir a concepto una magnitud matemática o dinámica en la Naturaleza, a esto se refería J. Torres García con el concepto sobre la regla aurea  que establece que todos los elementos de la Naturaleza están compuestos por estas cifras matemáticas, por ende el arte no puede estar ajeno a estas coordenadas.
Volviendo al tema de la abstracción  J Torres García decía:   …¨El avance moderno consistió, ante todo, en salir de ese estado primario, descriptivo he imitativo. Para elevarse a lo abstracto. Y ustedes saben lo que yo entiendo por tal, la vida simulada en la pintura corriente, la apariencia de luces y sombras. La profundidad como la apariencia del campo o del mar, de una figura o una escena, es reflejo de vida, que es muerte. Porque la única vida posible en una obra plástica  es la que suscita por los elementos abstractos, los cuales por su intrínseca virtud propia, entran en juego. Y tal juego ¨ que es vida efectiva¨ es el que crea la musicalidad de la obra la armonía  y la luz propia del cuadro que  ya no es la luz simulada en el.


Esta intención está apoyada en perspectivas teóricas que presentan las nociones de abstracción y paisaje como medios creativos a través de los cuales los artistas expresan sensaciones y percepciones de su experiencia en un territorio particular: la naturaleza que allí habita, sus topografías y topologías, sus dimensiones y proporciones, el acontecer de los fenómenos del tiempo y del clima, las calidades de luz y atmósfera, los humores que inspira y las historias por las cuales habla.
La naturaleza abre grietas en que se fecunda la forma, el habitad del hombre es dibujado uno y otra vez y en esta pintura observamos la analítica síntesis de tales transformaciones en una singular esquematización del paisaje.
Estas visiones aéreas huidizas, llenas de bruma como mapas satelitales o fotos aéreas nos muestran al hombre en su lugar; constructor arquitecto y artista de su propio destino.
Advertir en su concepción lo paradójico, lo sublime de la conjunción del hombre y la madre naturaleza, pues es el fin de esta obra.
El paisaje de las ciudades, pueblos, costas, caminos y la comprensión de la pintura como arquitectura. El paisaje del hombre o mejor dicho la memoria de la pasión creativa, fragmentos que construyen nuestra identidad y dejan huellas. Capítulo II.
Mis horizontes creativos.



Inspirado  en los campos semi rurales de Manga en una niñez cargada de horizontes de color en las retinas. ¨Preciso siempre frente a mí un gran horizonte sin él no concibo la vida ni el Arte¨
Así me crié, con ese marco de color que se matizaba según la estación, con la tira larga de casitas irregulares y variantes de color y en movimiento por el estado anímico de quienes las habitaban. Sumadas las siluetas de los árboles también cambiantes y movedizos, sumado el aire, el oxigeno, las humedades, el cielo variante en su infinidad de colores, su luz. Todo en su conjunto, una nueva pintura cada día.
Desde la Ilustración y el Romanticismo hasta la época actual, la estatica plantea una y otra vez la relación entre el Arte y la Naturaleza.
La Naturaleza, la modernidad y postmodernidad,  una conjunción de lo natural y lo artificial o anti naturaleza, todos estos elementos para una filosofía trágica.
No hay duda que ese desierto que habitamos, donde se nos hace difícil encontrar cobijo, seguramente honra el pensamiento sobre la estética y ética  de la Negatividad según planteaba Nietzsche.
Nuestra cultura desgarrada se asemeja a un ser que pone fronteras, limites que son siempre imprecisos  y  que la verdad es reflejada únicamente en lo simbólico.
Una especie de mitología simbólica con una memoria que se resiste al naufragio.  La filosofía y el arte deben atravesar ese paisaje en una travesía que más allá de los espejismos.
Un espacio insospechado que nos impulsa y orienta hacia los limites con una expresa voluntad de traspasarlos. El arte cumple esa doble función de adecuarse al tiempo histórico y disponerse a transgredir los límites.
Como creador me dispongo en una posición netamente personal en la que  geometría y pasión funcionan en neta sincronía. Es más fuerte que nunca la voluntad del arte sobre la visión del paisaje siempre a medida de nuestras nostalgias.
El hombre comienza a estar como uno más entre las cosas, estos paisajes recuerdan las fronteras del hombre, la marca inequívoca de nuestra cultura depredadora que abre surcos y deja marcas en la naturaleza, escrituras, signos y símbolos,  geometrías.  Escritura descifrable de nuestro paso, fuente de memoria.
Los gestos elementales de la pintura con fuerza y carácter sirven para fijar la línea del horizonte, este que nos habita desde niños. La división de cultivos, caminos, casas, muros, la construcción de esfuerzos colectivos por la sobrevivencia. Con todo y más allá de la calidad técnica, el cromatismo especifico del paisaje pintado es un retorno a la abstracción , la pintura como acontecimiento, densidad de la línea, obras donde se irá desarrollando tanto en lo compositivo como en lo estilístico y en lo radical de las líneas, la mancha y la bruma. Un cambio de lenguaje una forma diferente de entender y ver la pintura.
Una poesía agresiva, sus geometrías, la construcción de espacios, una visión como mapas satelitales o fotos aéreas que no hacen otra cosa que mostrar una visión del mundo, de la humanidad. Auto referencia donde el horizonte parece transponerse, perderse en una visión diferente más magnánima, este horizonte presente en mente y alma del artista, cambia pero siempre está presente más que en la representación pictórica en lo simbólico.
El punto de referencia de esta pintura abstracta es propiamente espiritualidad, sentimiento, una confluencia entre la memoria fotográfica y las nostalgias del alma. Diálogo de colores sorprendentemente contenidos, otros como halos flotantes casi brumas se dejan escapar como brisas marinas, humedades del mundo, serenidad y una profunda melancolía donde cada detalle puede avizorar un misterio.
Ciudad, laberinto, cultura, paisaje, pintura al fin y al cabo, un viaje placentero a través de los colores, observar el paisaje y encontrar algo más que ruinas, advertir el desbastador paso del hombre al que llamamos progreso, una poética  contradicción entre vida y supervivencia. Maravilla o horror nuestra existencia, más allá de todo nuestra huella imborrable ha quedado marcada aunque ínfima en la historia del Universo.  
En las realidades que olvidamos están los lujos y los desastres a pesar de todo, la naturaleza en su permanente transmutación y adaptación creando un poético sentimiento de esperanza, esas nuestras huellas parte también de lo que llamamos paisajes laberintos, encrucijadas donde el abrumador peso de la perdida está siempre presente, pero también los encuentros, el saber que a pesar de todo, estamos. Ésta a través de trazos, de  manchas y algo más profundo que la técnica es mi forma  personal de concebir este, mi paisaje.
 El pintor Valenciano San león decía :¨Mi religión es la pintura¨.

          






   Capitulo III
 Pintura Abstracta como experimento.




Afirmaciones de la categoría “arte abstracto”. Entendido como oposición y antónimo de la categoría “arte figurativo”, el “arte abstracto” aspira autonomía del mundo físico y se apoya en la especificidad y pureza
del ejercicio pictórico o escultórico, según el caso. 

La noción de arte está fundamentada en la auto-crítica, la auto-limitación y la especificidad de los medios con la cual se desarrolla.
La propuesta de Kobena Mercer es concebir al arte abstracto de acuerdo a su condición impura e imperfecta, “un fenómeno elusivo cuya misma apertura resiste el impulso narrativo de cierre.”

 Para esto, introduce definiciones alternativas que permiten pensar la abstracción como una reflexión sobre experiencias localizadas. De este modo, se  apoya  el sentido verbal del término “abstraer” que implica un proceso de extracción, en cambio de hacer uso del sustantivo que implica “una cosa terminada”

. Esta variación considera la condición abierta y heterogénea de la abstracción; un medio de señalamiento de experiencias vividas. La abstracción como proceso que, en tanto toma distancia de las normas visuales de representación clásica, permite la manifestación de un repertorio visual que reenmarca las formas de experiencia. La abstracción  permite la acción expresiva de códigos que aluden a la experiencia sensorial del mundo físico. La connotación verbal del término implica un proceso de formación a través del cual los aspectos del mundo físico visible se vuelven un modo diferente de significación. El arte abstracto “puede ser tomado como el retorno hacia algo más simple y primordial que la retórica de lo pictórico y la auto-afirmación que ha dominado algunas eras del arte occidental.”

—Enfáticamente, la pintura—  Es en potencia un ejercicio de conocimiento del mundo.






Merleau-Ponty reconoce el potencial del arte como instrumento de aprendizaje del mundo, en tanto ofrece la expresión de la percepción de realidad del artista — “el hombre está en el mundo, es en el mundo que se conoce”, tanto el arte como la filosofía son “realización de una verdad”

Según él, las alteraciones de representación analítica que los artistas modernos consiguen expresar son más afines al sentimiento y la sensación de habitar un espacio. La pintura moderna interpreta una genuina experiencia perceptiva del espacio, en cuanto nuestra relación con ésta “no son las de un sujeto desencarnado con un objeto lejano, sino las de un habitante del espacio con su medio familiar.”


A partir de este marco teórico, es posible distinguir cierto interés expandido en el campo de los estudios estéticos por perspectivas críticas e interpretativas que buscan aproximarla concepción de los procesos artísticos y la respuesta de los espectadores con las condiciones perceptibles del mundo inmanente. Referencias filosóficas, proyectos curatoriales e historiografía reciente brindan la posibilidad de considerar el estrecho vínculo de los artistas y los espectadores con datos sensoriales, siempre referentes a las especificidades de los lugares y espacios de producción de las obras de arte.


No obstante, mediante observación detallada, investigación y formulación de esquemas alternativos de interpretación, algunos ejemplos desde el arte en Latinoamérica  permiten considerar la apropiación de la abstracción como un medio para concretar imágenes de su proximidad sensorial y conflictual. Los componentes visuales de una obra comunican la experiencia de un artista en relación con una geografía concreta, las sensaciones, afectos.

 Paul Crowther. “Against Reductionism”,
Phenomenolgy of the Visual Arts (Even the Frame)
. Stanford:University Press, 2009. P. 14.



Memorias y emociones que representa, la asociación entre abstraccionismo y observación del paisaje debe dejar de lado aquellos significados estables de la historia del arte, con el fin de reconocer el ensamblaje de afectos generados en los procedimientos artísticos y la experiencia corporal posible en un territorio. Dicha asociación requiere comprender la práctica artística como una disciplina que excede los dualismos categóricos, principalmente aquellos relacionados con la idea de autonomía estética en oposición al compromiso político. Esta aproximación sugiere imaginar, interpretar y formular ideas sobre los modos de relación de los artistas con el mundo y con su obra, y sobre las emociones y conocimientos que su trabajo puede suscitar en un espacio social. De este modo, los términos abstracción  y paisaje deber ser comprendidos como procesos de creación activa, no como cerrados lugares ideológicos. Es decir, su definición no debe estar planteada necesariamente en términos de un escape o indiferencia con una agenda política, supuestamente porque se limitan a una función pasiva de contemplación. En tanto un signo, un objeto o un lugar se escoge para ser expresado a través de un recurso de abstracción y/o una referencia al paisaje, revelando sus transformaciones a través del tiempo, la intensidad de sus singularidades perceptivas, sus dimensiones simbólicas o las emociones que despierta en el individuo que lo expresa—, se convierte en evidencia de una experiencia vital del contexto, una señal de la simbiosis entre el artista y el mundo que no puede estar limitada a una valoración ideológica (pero que es parte de su complejidad).
La asociación entre abstracción y paisaje es comprensible considerando que ambos términos involucran relaciones sensoriales del artista con el mundo, y la motivación de experiencias y referencias para el observador. Esta alianza implica que el arte abstracto en Latinoamérica y el mundo pueda ser visto, comprendido y divulgado, no como un significante de persecuciones puristas, sino como el resultado de la aproximación de cada artista con las impresiones y las memorias de contextos específicos.
Si bien este tratado pueda hablar y explicar o comprender este fenómeno a un nivel más personal arraigándolo por ende en un territorio específico y experiencia, en este caso Montevideo ésta podría abordar otras geografías y considerar las similitudes o diferencias históricas que permiten la coincidencia de estos procesos creativos con otros.






 Tendremos que considerar algunos nombres de artistas latinoamericanos cuyos aportes formales y conceptuales van en paralelo a los argumentos aquí expuestos: Armando Reverón (1889-1954) en Venezuela, Emilio Pettoruti (1892-1971) en Argentina, Óscar Pantoja (1925) en Bolivia, Fernando de Szyszlo (1925) en Perú o Luis Hernández Cruz (1936) en Puerto Rico. La escuela del sur: el Taller Torres- García y su legado
 (Museo Reina Sofía, Madrid, 1991)




 Fuera de Latinoamérica recomiendo revisar el trabajo del ruso Nicolas De Stäel (1914-1955), del inglés Victor Pasmore (1908-1998), del canadiense Jean-Paul Riopelle (1923-2002) y del estadounidense Milton Avery (1885-1965).Un ejemplo crucial que propone la relación entre la abstracción y las prácticas artesanales y la experiencia del paisaje latinoamericano es ofrecido en el amplio estudio sobre el universalismo constructivo hecho para la muestra

 FUENTES


   Por ejemplo un historiador de arte paradigmático como el británico Clive Bell (1881-1964), argumenta que “para apreciar una obra de arte debemos despojarnos de la vida, del conocimiento sobre sus ideas y sus asuntos, de la familiaridad con sus emociones”. Ver:
  Art
(1913). Charleston: Bibliobazaar, 2007. P. 26
 Clement Greenberg. “Pintura modernista” (1961), en: Charles Harrison (ed.),
 Art in Theory 1900-1990: ananthology of changing ideas 
. Malden: Blackwell Publishers, 1996. Traducción de Fernando Uhía, Bogotá, 2006.


 Kobena Mercer (ed.).
Discrepant Abstraction 
. Londres: INIVA, 2006. P. 19. La traducción es mía.Kobena Mercer es crítico e historiador de arte, nacido en Ghana y radicado en Londres, Reino Unido. Haenseñado en la Univesidad de New York, la Universidad de California en Santa Cruz y en Princeton.Colabora con publicaciones como
Frieze 
 Artforum International 
Camera Austria 
. Se especializa en temasrelacionados con identidad cultural y representación.





 Ver: Mel Gooding.
 Abstract Art
(Movements in Modern Art series). Londres: Tate Publishing, 2001.
 Maurice Merleau-Ponty.
Fenomenología de la percepción.
Barcelona: Planeta-Agostini, 1984. Pp. 8-9. [Primeraedición: 1945]
 Maurice Merleau-Ponty.
 El mundo de la percepción, siete conferencias 
. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, segunda edición de 2008. P.
 Rosalind Krauss. “Richard Serra: una traducción” en:
La originalidad de la vanguardia y otros mitos modernos 
.Madrid: Alianza Editorial, 1996 (1ª ed. 1985)

Sanleón Paisaje esencial de la Pintura Museo Nacional de Bellas Artes de Mvdeo ago 1999.

Colección de Clásicos Uruguayos – Joaquín Torres García POLEMICAS MVDEO 2014

América Latina en sus Artes Damián Bayón 7 Edición 1989.